TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA.
P. M. Sweezy.
Introducción.
La sociedad es un número de individuos entre los cuales existen ciertas relaciones precisas y más o menos estables. La forma de la sociedad es determinada por el carácter y la forma de estas relaciones.
La economía política es generalmente aceptada como una ciencia social. Su materia se obtiene del campo de la producción y distribución de mercancías y servicios que la gente necesita y desea. La economía política estudia las relaciones sociales de la producción y distribución.
Por tanto, la economía es ‘la ciencia que estudia la conducta humana como una relación entre fines y medios limitados que tienen diversa aplicación’. Esta ciencia produce resultados que son adecuados a todas las formas de sociedad, es decir, a las condiciones más diversas en cuanto a la clase de relaciones existentes entre los miembros de la sociedad.
La exposición de la teoría económica es un proceso de construcción e interrelación de conceptos que han sido despojado de todo contenido específicamente social. En la aplicación real el elemento social puede ser introducido por medio de exposiciones ad hoc, que especifican el campo de la aplicación.
Se critica por inferencia el sistema económica actual en la medida en que no llega a adaptarse a un patrón hecho de conceptos que carecen totalmente de contenido social.
El economista elude una exploración sistemática de aquellas relaciones sociales tan universalmente consideradas como concernientes a los problemas económicos, que están hondamente encajadas en el lenguaje cotidiano del mundo de los negocios.
I. El Método de Marx.
Los principales elementos de la actitud de Marx ante la economía política, de carácter metodológico.
1. El uso de la abstracción. Desde un punto de vista formal, Marx era un resuelto partidario del método abstracto-deductivo. Marx aceptaba y practicaba el llamado método de las ‘aproximaciones sucesivas’ consiste en avanzar paso a paso de lo más abstracto a lo más concreto, eliminando suposiciones simplificantes en las etapas sucesivas de la investigación, de modo que la teoría pueda tomar en cuenta y explicar una esfera cada vez más vasta de fenómenos reales.
Más allá, descubrimos las diferencias entre Marx y los representantes de la tradición clásica y neoclásica. Debe uno decidir en alguna forma de qué hacer abstracción y de que no hacerla. Surgen dos cuestiones: 1. ¿Qué problema se examina? y 2. ¿Cuáles son los elementos esenciales del problema?. Los economistas no siempre han estado de acuerdo sobre sus objetivos. No hay dos investigadores que manejen sus materiales exactamente de la misma forma.
Poner de relieve lo esencial y hacer posible su análisis: Ésa es la tarea especifica de la abstracción. Se precisa formular hipótesis acerca de lo que es esencial, profundizar en estas hipótesis y comprobar las conclusiones con los datos de la experiencia.
La principal preocupación de Marx era la sociedad en su conjunto, y especialmente del cambio social. La economía política es importante en su esfera donde el ímpetu del cambio social ha de encontrarse. Marx intentaba poner al descubierto la verdadera interrelación de los factores económicos y no económicos en el conjunto de la existencia social.
Marx estaba muy interesado en las raíces económicas de los conflictos de clase, al igual que los economistas clásicos. Para Marx la relación principal es la que existe entre capitalistas y obreros, la sociedad se divide en dos grandes clases enfrentadas: la burguesía y el proletariado. Esta relación debe ser el centro de la investigación y el poder de abstracción debe ser utilizado. Para ello utiliza un procedimiento basado en:
1. Todas las relaciones sociales, exceptuando las que existen entre capital y trabajo, hay que suponerlas provisionalmente alejadas.
2. La relación capital – trabajo misma debe reducirse a su forma o formas más importantes, es decir, a las características y tendencias estructurales de toda la sociedad.
¿Cuál es la índole de esta relación capital- trabajo? Es una relación de cambio.
El punto de partida de la Economía política de Marx es ‘El Capital’. El volumen I comienza y se mantiene con un alto nivel de abstracción. Cuando se dice estar operando a este nivel es que se considera un número relativamente reducido de aspectos de la realidad. En este volumen se refiere directamente a la relación capital-trabajo y tiene un carácter ilustrativo ó histórico. Los resultados tienen un carácter provisional y en muchos casos sufrirán una modificación a un nivel más bajo de abstracción. En el volumen II y III toma en cuenta factores que fueron conscientemente omitido en el primer volumen. Lleva a cabo en estos un análisis a niveles de abstracción más bajos.
2. El carácter histórico del pensamiento de Marx. El método de Marx, dice Lukacs ‘es en su profunda esencia histórico’. Para Marx la realidad social no es el proceso de cambio inherente a un juego de relaciones determinado, es el proceso histórico. El proceso de cambio social no es mecánico: es más bien el producto de la acción humana limitada por la clase de sociedad.
Para el marxista el especifico carácter histórico (transitorio) del capitalismo es una premisa mayor, que le permite estar fuera del sistema y criticarlo en su conjunto.
II. El Problema del Valor Cualitativo.
El primer capitulo de El Capital de Marx se titula ‘Las Mercancías’. Mercancía es todo lo que se produce para el cambio más bien que para uso del productor; el estudio de las mercancías es, por consiguiente, el estudio de la relación económica del cambio. Marx empieza por analizar la ‘producción simple de mercancías’.
Comenzando por la producción simple de mercancías Marx observa que hay una teoría económica clásica. Para Adam Smith el origen de todo el aumento en la productividad es la división del trabajo. Pero Smith es incapaz de concebir la división del trabajo independientemente del cambio.
La producción de mercancías, que tiene sus raíces en la naturaleza humana, es la forma universal e inevitable de la vida económica; la ciencia económica es la ciencia de la producción de mercancías.
Marx no niega la existencia de una relación entre la producción de mercancías y la división del trabajo, pero no se trata de ningún modo de la firme y rígida relación que describe Smith.
Se niega que la división del trabajo esté ligada al cambio. La producción de mercancías no es la forma universal e inevitable de la vida económica. Es una de las formas posibles de la vida económica, una forma que por ningún concepto puede presentarse como directa manifestación de la naturaleza humana.
El economista debe dirigir su atención al carácter de las relaciones sociales subyacentes en la forma mercancía. Esto se puede expresar diciendo que las tareas de la economía política no son sólo cuantitativas sino también cualitativas.
La gran originalidad de la teoría del valor de Marx reside en su aceptación de estos dos elementos del problema y en su designio de considerarlos simultáneamente dentro de un solo cuerpo conceptual.
Valor de Uso. Toda mercancía tiene un doble aspecto, el de valor de uso y el de valor de cambio.
El valor de uso expresa cierta relación entre el consumidor y el objeto consumido.
Marx excluía el valor de uso o ‘utilidad’ de la esfera de investigación de la economía política, en virtud de que no da cuerpo directamente a una relación social. Las categorías de la economía política deben ser categorías sociales, categorías que representes relaciones entre los hombres. Esto contrasta con la teoría económica moderna.
Se considera el sistema económico como una serie de relaciones interdependientes aunque conceptualmente discretas entre hombres y bienes económicos. Por lo que, el valor de uso o utilidad ocupa una posición central entre las categorías de la economía política.
No significa que el valor de uso no deba jugar ningún papel en la economía política. El valor de uso es un prerrequisito del consumo.
Valor de Cambio. En una sociedad en que el cambio es un método regular de realizar el propósito una producción social, es sólo en calidad de mercancías como los productos tienen valor de cambio. El valor de cambio aparece como una relación cuantitativa entre cosas, entre mercancías.
La relación de cambio como tal es una expresión de hecho de que los productores individuales, trabajando aisladamente cada uno trabajan en realidad los unos para los otros. Su trabajo tiene un carácter social el cambio de mercancías es un cambio de los productos del trabajo de productores individuales. Lo que halla expresión en la forma de valor de cambio es el hecho de que las mercancías de que se trata son productos del trabajo humano en una sociedad basada en la división del trabajo.
Una mercancía para Marx es un simple ‘valor’.
Como valor de uso, una mercancía es un rasgo universal de la existencia. Como valor, una mercancía es un rasgo de una forma histórica especifica de sociedad que se distingue por dos características principales: 1. División del trabajo desarrollada y 2. Producción privada. El trabajo de los productores se realiza en mercancías o en valores.
Fue este análisis de las características sociales de la producción de mercancías, lo que condujo a Marx a identificar el trabajo como la sustancia del valor.
Trabajo y Valor. Una propiedad de la mercancía nos permite suponerla portadora y expresión de relaciones sociales, su propiedad como productor de trabajo como tal se considera como actividad humana materializada.
El trabajo tiene dos aspectos, uno correspondiente al valor de uso y el otro al valor de la mercancía que produce. A la mercancía como valor de uso corresponde el trabajo como trabajo útil.
Sería incorrecto suponer que el trabajo útil es la única fuente del valor de uso. Si se abstrae del valor de uso de una mercancía, ésta existe meramente como valor. Y si se procede a abstraer el carácter útil del trabajo ¿qué quedá? El gasto de la fuerza humana de trabajo, el trabajo humano abstracto.
Así, lo que el valor de uso es al valor en el caso de la mercancía, el trabajo útil es al trabajo abstracto en el caso de la actividad productiva.
Trabajo Abstracto. El trabajo abstracto es en el sentido completamente recto de que se pasan por alto todas las características especiales que distinguen una clase de trabajo de otra. La expresión trabajo abstracto es ‘trabajo en general’, es lo común a toda actividad humana productiva.
La reducción de todo trabajo a trabajo abstracto permite ver una suma de fuerza de trabajo social que es susceptible de transferencia de un uso a otro de acuerdo con la necesidad social, y de cuyo desarrollo depende en última instancia la capacidad productora de riqueza de la sociedad. La producción capitalista lleva la movilidad del trabajo a un grado muy superior al de todas las formas anteriores de la sociedad.
La relación de lo cuantitativo de lo cualitativo en la teoría del valor. El trabajo abstracto es la sustancia del valor. Es esta característica de las mercancías (la cual presupone valor de uso y se manifiesta en valor de cambio) lo que hace de la ‘mercancía’ el punto de partida y la categoría central de la economía política de los tiempos modernos.
La tarea central de la teoría del valor cuantitativa surge de está definición del valor como magnitud. Es ni más ni menos que la investigación de las leyes que gobiernan la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes esferas de la producción en una sociedad de productores de mercancías.
El carácter fetichista de las mercancías. El análisis de las mercancías nos ha conducido a ver en el valor de cambio una relación entre productores en un sistema determinado de división del trabajo y en el trabajo particular de los individuos una parte integrante de la suma de fuerza de trabajo de la sociedad. Bajo las formas de organización social se descubre la sustancia de las relaciones sociales.
Marx fue el primero en percibir este hecho como importante para la ideología de la época moderna. En la producción de mercancías la relación básica entre los hombres “adopta la fantástica forma de una relación entre las cosas”. Esta materialización de las relaciones sociales es el corazón y la médula de la doctrina de Fetichismo de Marx.
El trabajo del individuo se afirma como parte del trabajo de la sociedad sólo a través de las relaciones que el acto de cambio establece directamente entre los productos, por consiguiente, las relaciones sociales entre el trabajo de individuos privados aparecen no como relaciones sociales directas de personas en su trabajo, sino más bien como relaciones materiales de personas y relaciones sociales de cosas.
Sólo cuando la producción de mercancías adquiere un desarrollo tan alto y una difusión tan grande como para dominar la vida de la sociedad, el fenómeno de la materialización de las relaciones sociales adquiere importancia decisiva. Esto ocurre en las condiciones de un capitalismo relativamente avanzado.
La aplicación de ideas y los métodos de la ciencia natural a la sociedad es uno de los rasgos más notables del periodo capitalista. El desarrollo de las ciencias naturales misma fue la causa de ello, sin embargo, las profundas raíces del fenómeno hay que buscarlas en un cambio de actitud hacia la sociedad, que fue el reflejo del florecimiento de la producción de mercancías.
La creencia en el carácter impersonal y automático del orden económico es un rasgo muy prominente de la ideología capitalista. Sus raíces especificas en las características de la producción de mercancías, tanto como su conexión con las doctrinas afines de la ley natural y el automatismo social, son brillantemente esclarecidas por la teoría del Fetichismo, de Marx.
La forma de producción de mercancías constituye el velo más eficaz posible para ocultar el verdadero carácter de clase de la sociedad capitalista. Como propietarios de mercancías todos ellos están en un plano de igualdad perfecta.
El obrero no advierte que su falta de acceso a los medios de producción lo obliga a trabajar en condiciones dictadas por aquellos que tienen el monopolio de los medios de producción.
El mundo de las mercancías aparece como un mundo de iguales. El obrero enajena su fuerza de trabajo, la cual permanece opuesta a él como cualquier mercancía a su propietario. La vende, y mientras se le pague su verdadero valor, todas las condiciones del cambio honrado y justo están satisfechas.
III. El Problema del Valor Cuantitativo.
El primer paso. En toda sociedad es esencial que el trabajo se aplique a la producción y que los productos sean distribuidos entre los miembros de la sociedad. Lo que cambia en el curso de la historia es el modo de organizar.
El valor de cambio es así un aspecto de las leyes que gobiernan la asignación de la actividad productiva en una sociedad productora de mercancías.
Las mercancías se cambian unas por otras en el mercado en ciertas proporciones precisas; absorben también cierta cantidad precisa de la fuerza de trabajo total disponible en la sociedad ¿Cuál es la relación entre estos dos hechos? Marx supone que existe una correspondencia exacta entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo que las mercancías cuya producción requiere un tiempo igual se cambian sobre la base de uno por uno.
En la determinación del valor no debe tomarse en cuenta más trabajo que el ‘socialmente necesario’. Al concepto de ‘trabajo socialmente necesario’ concierne tan sólo la cantidad de trabajo realizado y no tiene nada que ver con el valor del uso o utilidad.
“El trabajo calificado cuenta sólo como trabajo simple intensificado, o más bien como trabajo simple multiplicado, considerándose una cantidad dada de trabajo calificado igual a una cantidad mayor de trabajo simple. La relación entre los dos tipos de trabajo es teóricamente susceptible de medición independiente de los valores de mercado de sus productos.
Si, por otra parte, la diferencia entre dos obreros es una cuestión de entrenamiento, entonces es claro que el obrero superior emplea en la producción no sólo su propio trabajo sino también, indirectamente, aquella parte del trabajo de sus maestros a la cual se debe su productividad superior.
En lo que se refiere a la vasta mayoría de los obreros productivos, los talentos especializados no tienen gran importancia. La conmensurabilidad esencial del trabajo simple y del trabajo calificado.
La viabilidad teórica de reducir el trabajo calificado a trabajo simple, podemos seguir a Marx cuando abstrae de las condiciones del mundo real lo que hace necesaria tal reducción. Al problema del valor cuantitativo, no intenta ir más allá de la primera aproximación contenida en la proposición de que las mercancías se cambian unas por otras en proporción a la cantidad de trabajo socialmente necesario incorporado en cada una.
El papel de la competencia. Bajo qué condiciones las proporciones del cambio corresponderían exactamente a las proporciones del tiempo de trabajo.
Los cazadores de Adam Smith son los que Marx hubiera llamado productores simples de mercancías. Los cazadores deben tener el deseo y la posibilidad de competir libremente por cualesquiera ventajas que puedan presentarse en el curso del cambio, transfiriendo su trabajo de una línea de producción a otra. Dada esta clase de competencia en una sociedad de producción simple de mercancías, la oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla.
Marx no toca este punto en el primer capítulo de El Capital; como los clásicos, tendió siempre a darlo por supuesto. Pero en algunas otras partes de sus escritos económicos se ocupó de ‘la oferta y la demanda’.
El papel de la demanda. A Marx se le acusa a menudo de haber ignorado el papel de la demanda, en el sentido de las necesidades y los deseos de los consumidores, en la determinación de las relaciones de valor cuantitativo. La discusión se limita a las proporciones del cambio en una sociedad de producción simple de mercancías como la de los cazadores de Adam Smith, puesto que en esas condiciones la pauta de las necesidades del consumidor no juega ningún papel en la determinación de los valores de equilibrio. El problema del valor cuantitativo es más amplio que la mera cuestión de las proporciones del cambio, y de que incluye un estudio de la asignación cuantitativa de la fuerza de trabajo de la sociedad de productores de mercancías.
Si se desea conocer tanto la proporción de cambio como la distribución de trabajo es necesario contar con dos clases de información: 1. la información sobre el costo relativo en trabajo y 2. la información sobre la intensidad relativa de la demandad de uno y otro. Dadas estas dos clases de información, es posible determinar lo que puede llamarse el equilibrio económico general de la sociedad en cuestión. Si Marx reconocía tan claramente el papel que juega la demanda en determinar la asignación del trabajo social por qué en el conjunto de su teoría se ocupó de este factor tan breve y aun por qué no trabajó en la elaboración de una teoría de la opción de los consumidores. Hay dos razones fundamentales:
Bajo el capitalismo la demanda efectiva es sólo parcialmente una cuestión relativa a las necesidades de los consumidores.
En la medida que se acepta la proposición de que la demandad del mercado está dominada por la distribución del ingreso. Parecería que no podemos escapar del todo a la conclusión de que los problemas del valor deben ser abordados por la vía de la relaciones de producción, más bien que por la vía de las valuaciones subjetivas de los consumidores.
El relativo desdén de Marx por lo problemas de la opción de los consumidores encuentra un amplio apoyo en tendencias recientes del pensamiento económico.
Ley del Valor Vs Principio de Planeación. La ‘ley del Valor’ resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías, que regula: a. Las proporciones del cambio de mercancías; b. La cantidad producida de cada una. c. La asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción.
La condición básica para la existencia de una ley del valor es una sociedad de productores privados que satisfagan sus necesidades por el cambio entre ellos.
La ley del valor es esencialmente una teoría de equilibrio general desarrollada en primer término con referencia a la producción simple de mercancías y adaptada después del capitalismo. Una de las principales funciones de la ley del valor es la de aclarar que en una sociedad productora de mercancías. Existe le orden y no simplemente el caos. Nadie decide cómo se debe asignar el esfuerzo productivo, o cuánto se debe producir de las diversas clases de mercancías; sin embargo, el problema ser resuelve. La función de la ley del valor consiste en explicar cómo sucede esto y cuál es el resultado.
En la medida en que la asignación de la actividad productiva es sometida a un control consciente, la ley del valor pierde su pertinencia y su importancia; el principio de la planeación la sustituye. En la economía política de una sociedad socialista la teoría de la planeación debiera ocupar la misma posición básica que la teoría del valor en la economía política de una sociedad capitalista. El valor y la planeación son tan opuestos entre si como el capitalismo y el socialismo, y por las mismas razones.
El valor y el precio de producción. El precio es tan sólo la expresión monetaria del valor. Los precios de producción son modificaciones de los valores. No sólo la teoría del precio de producción no contradice la teoría del valor, sino que se basa directamente en ella y no tendía ningún sentido a no ser como parte del desarrollo de la teoría del valor.
Precio del monopolio. “Cuando se habla del precio del monopolio queremos decir en sentido general un precio y por su solvencia, independientemente del precio que es determinado por el precio de producción general y por el valor del producto”. El control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. La demanda adquiere una significación especial, y tanto el precio como la cantidad producida son diferentes de lo que serían en un régimen de competencia. Las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio; las relaciones del valor cualitativo, no. La existencia del monopolio en si misma no altera las relaciones sociales básicas de la producción de mercancías: la organización de la producción a través del cambio privado de los productos individuales del trabajo. Ni cambia la conmensurabilidad esencial de las mercancías; es decir, el hecho de que cada una representa cierta porción del tiempo de la fuerza de trabajo total de la sociedad, o para emplear la terminología de Marx, que cada una es una congelación de cierta cantidad de trabajo abstracto. Aún bajo condiciones de monopolio podemos seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades de tiempo de trabajo, a pesar del hecho de que las relaciones cuantitativas precisas implicadas en la ley del valor han dejado de ser válidas.
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